RESISTIR
Hay que desconfiar de quien trata de convencernos con argumentos distintos de la razón, es decir de los líderes carismáticos: hemos de ser cautos en delegar en otros nuestro juicio y nuestra voluntad. Puesto que es difícil distinguir los profetas verdaderos de los falsos, es mejor sospechar de todo profeta; es mejor renunciar a la verdad revelada, por mucho que exalten su simplicidad y esplendor, aunque las hallemos cómodas porque se adquieren gratis. Es mejor conformarse con otras verdades más modestas y menos entusiastas, las que se conquistan con mucho trabajo, poco a poco y sin atajos por el estudio, la discusión y el razonamiento, verdades que pueden ser demostradas y verificadas. Es evidente que esta receta es demasiado simple como para cubrir todos los casos: un nuevo fascismo, con su retahíla de intolerancias, prepotencias y servidumbre, ha nacido fuera de nuestro país y es importado, quizás de puntillas de pies y haciéndose llamar con otros nombres; y ahora se ha d...