¿En qué coincido con Saramago?
Vivimos en una sociedad que parece haber hecho de la violencia un sistema de relaciones. La manifestación de una agresividad que es inherente a la especie que somos, y que hace tiempo pensamos que, con la educación, habíamos controlado, irrumpió brutalmente de las profundidades durante los últimos veinte años en todo el espacio social, estimulada por modalidades de ocio que dieron la espalda al simple hedonismo para transformarse en agentes condicionantes de la propia mentalidad del consumidor: la televisión en primer lugar, donde imitaciones de sangre cada vez más perfectas, saltan a chorro a todas horas del día y de la noche, los videojuegos que son como manuales de instrucciones para alcanzar la perfecta intolerancia y la perfecta crueldad, y por todo esto está ligado, las avalanchas de publicidad de servicios eróticos a las que los periódicos, incluso los más bienpensantes, dan la bienvenida, mientras la páginas serias (¿lo son algunas?) abundan hipócritamente en lecciones de buena...