¿Dónde está la izquierda?
Otras veces me he preguntado dónde está la izquierda, y hoy tengo la respuesta: por ahí, humillada, contando los míseros votos recogidos y buscando explicaciones al hecho de ser tan pocos. Lo que llegó a ser en el pasado una de las grandes esperanzas de la humanidad y que creó, con el paso del tiempo, los cabios sociales y los errores propios, sus propias perversiones internas, cada día más lejos de las promesas primeras, asemejándose más y más a los adversarios y a los enemigos como si fuese la única forma de hacerse aceptar, acabó cayendo en meras simulaciones en las que conceptos de otras épocas fueron utilizados para justificar actos que estos mismos conceptos habían combatido. Al deslizarse progresivamente hacia el centro, movimiento proclamado por sus promotores como demostración de una genialidad táctica y de una modernidad imparable, la izquierda parece no haber comprendido que se estaba aproximando a la derecha. Si, pese a todo, fuera todavía capaz de aprender una lección...