La barbarie no triunfa gracias a los bárbaros sino a la capitulación de los civilizados
La única manera de predicar la democracia es con el ejemplo. Y con el ejemplo de sus actos y sus palabras lo que han predicado con abrumadora frecuencia en España la mayoría de los dirigentes políticos y de sus propagandistas ha sido lo contrario a la democracia. Han predicado la greña, la violencia verbal, la irresponsabilidad personal, la intransigencia, la palabrería, embustera, la fata de rigor, la indulgencia hacia el robo, el victimismo, el narcisismo, la paletería satisfecha, el odio, la grosería populista, el desprecio a las leyes. Con frecuencia me ha entristecido, y me he marchado con alivio de mi ciudad de mi país. Ya sé que es un sacrilegio decirlo. He querido estar lejos, poner tierra por medio para escaparme de lo que me agobiaba o lo que me indignaba. Me ha asustado la degradación de los debates políticos. Me ha heido la aspereza creciente de grades zonas de la vida diaria, causada por la falta de cuidado a lo que por ser de todos no parece que sea de nadie,...