¿Futurología bancaria?
Crawley me preguntó lo que hacía y se asombró al oír que no planeaba realizar un viaje allende el océano; al explicarle que no podía hacerlo por andar justo de dinero, se extrañó sobremanera. —Pero sí puede usted sacar del banco cualquier suma que necesite. Me explicó que basta con presentarse en un banco, firmar un recibo y la caja le entrega la cantidad deseada. No se trata de ningún préstamo, por cuanto la obtención de esa cantidad no obliga en lo más mínimo desde el punto de vista jurídico. Es claro que la cosa tiene su gancho. La obligación de devolver dicha cantidad asume un aspecto de índole moral. Entonces, pregunté si el banco no corre el riesgo de quebrar a consecuencia de los deudores morosos. El abogado se volvió a sorprender ante mi pregunta. —Se ha olvidado de que vivimos en la era psiquímica —me aclaró—. Las cartas que se envían al deudor cuando se olvida de pagar, están impregnadas de una substancia volátil que despierta los remordimientos de conciencia, incita al traba...